jueves, 25 de septiembre de 2014

Cántabro rico, cántabro pobre



Mientras la solicitada intervención de Miguel Ángel Revilla en el programa Capitán Q, que, emitido a lo largo del pasado verano en la televisión pública estatal, trataba de reflejar la riqueza de las costas españolas, era recortada en su extensión y relegada a una franja horaria de madrugada, cambiando su habitual horario de máxima audiencia, apenas unos días después, el espíritu de Emilio Botín lograba la hazaña de, después de muerto, como el Cid, lograr retornar el prestigioso espacio Informe Semanal al horario preferente que ocupó siempre, antes de ser desterrado por las hordas del PP al ostracismo de la madrugada, la mentira y la mediocridad. Ambos son cántabros conocidos, aunque con ideas diferentes, y mientras uno es alabado y difundido, el otro trata de ser aplastado. Esa es la política dominante, no tan sólo en el PP, sino en todo el orden capitalista mundial y más allá de nacionalidades o procedencias, favorecer y encumbrar a los ricos y quienes les defienden, y desprestigiar y aplastar a quienes no lo hacen.


miércoles, 17 de septiembre de 2014

Anacronismos absurdos

Perseguir a un animal con lanzas para asesinarlo sin necesidad alguna no es cultura, es una sanguinaria aberración. Tal vez en su día el conocido como Toro de la Vega que se celebra en la localidad vallisoletana de Tordesillas fue una necesidad, o una prestigiada tradición, pero en pleno siglo XXI sólo es un absurdo anacronismo que sólo refleja la retrograda mentalidad de una sociedad encerrada en sus propias miserias y educada para perpetuarlas. 

  Con ser grave, la defensa de una costumbre tan bestial es un anacronismo menos peligroso y absurdo que mantener en las instituciones que nos gobiernan representantes tan arcaicos y arraigados en el pasado como los que gustan de cacerías, privilegios y otras formas y tradiciones propios de dictaduras y absolutismos. Hay que desprenderse de unos y de otros.

sábado, 13 de septiembre de 2014

El mayor populismo

      Populismo, esa palabra que está tan de moda en boca de los líderes de los grandes partidos gobernantes para tratar de desprestigiar los movimientos políticos emergentes, ni tan siquiera se recoge en el diccionario, con lo cual la interpretación de su significado puede ser tan variada y ambigua como los pensamientos de quien la utiliza. 

    Su evidente trasfondo despectivo y de encubrir engaño y fraude bien podría sustentar que el mayor de los populismo es colocar el apellido Popular en un Partido que nació con vocación elitista y sectaria para defender los privilegios de las clases dominantes a las que auspiciaba, o las acepciones Socialista y Obrero a otro Partido que tal vez tuviera tales vocaciones en sus inicios pero que las perdió junto a su clasdestinidad de la dictadura. Lo de tildar de Unida a la Izquierda española no es populismo, es una utopía, y mientras la mayoría no sea consciente de que la unión hace la fuerza, la elite dominante seguirá imponiendo su ley bajo la máxima "divide y vencerás".