jueves, 17 de diciembre de 2015

El único debate triunfante de Rajoy

    Tras el cara a cara ante el líder del PSOE Pedro Sánchez, en el que Mariano Rajoy trato de ocultar su nulidad para defender la creciente corrupción que salpica a su partido y la pésima gestión de un gobierno que ha incumplido sistemáticamente sus promesas electorales y desmantelado el estado de bienestar incrementando las desigualdades y la pobreza del país, bajo la exacerbada indignación de haber visto insultado su honor; las hordas populares en pleno secundaron y magnificaron el incidente para hacer más densa la cortina de humo que velara las evidencias de un líder mediocre, una corrupción sistematizada y una gestión clasista y favorable a las élites, pero la realidad fue que los insultos y la falta de respeto  procedieron del propio Rajoy, así que fueron sus propios deméritos los que hundieron aún más su decrépita participación en el debate.

   Casi 48 horas después el candidato Rajoy realizaba diferentes actos electorales por sus tierras pontevedresas cuando un joven de 17 años le agredió con un fuerte puñetazo en el rostro.




El uso de la violencia física es injustificable, excepto tal vez para preservar la propia vida, así que Rajoy salió triunfante es este debate y todos los demás candidatos, medios, comentaristas y generadores de opinión respaldaron al líder del PPy condenaron la agresión. Por unas importantes horas preelectorales el presidente del gobierno tuvo una generalizada solidaridad en la adversidad por parte de gran parte del electorado, si bien dentro de los sueños inconfesables de bastantes de ellos podrían tener cabida situaciones parecidas, no, como dice la caverna mediática, espoleada por las críticas políticas, sino por su despectivo gobierno con los desfavorecidos y las políticas sociales. Los más radicales ya pretenden utilizar el incidente para endurecer las medidas antiescrache y otros modos de protesta ante los políticos, fortificando aún más sus figuras por si las crecientes corruptelas desveladas enardecen los ánimos ciudadanos.

De momento el candidato Rajoy ha conseguido colapsar todos los medios de difusión con el incidente, ascendiendo, desde los infiernos de la corrupción y la mentira, a la categoría de martir, de tal modo que el rendimiento electoral del incidente para los populares puede ser muy beneficioso.  En este sentido históricamente se han producido, y se producen, los llamados atentados de falsa bandera con los cuales países o facciones provocaban incidentes que atribuían a sus presuntos enemigos para de ese modo justificar futuros conflictos y actuaciones. Los norteamericanos son expertos en ello y así provocaron la guerra de Cuba acusando falsamente a España de hundir uno de sus barcos, y pretextos similares les sirvieron para meter sus narices en diversos  conflictos, entre otros la guerra de Vietnam e incluso no están nada claros los atentados de las torres gemelas que abrieron la espita para combatir el terrorismo en cualquier lugar del planeta estratégico económicamente.

Puede resultar retorcido tratar de desviar la atención de lo esencial con espectaculares maniobras de distracción,  pero también lo es planificar tramas de corrupción, enriquecimiento ilícito y financiación ilegal, y ahí están colapsando los juzgados españoles. Lo innegable es que, al menos durante unas horas, Rajoy ha pasado de ser un villano encubridor de corrupción y generador de miseria social a ser un martir heroico capaz de encajar ejemplarmente una brutal agresión, cuando un presunto y liviano insulto le desarboló por completo. Un desafortunado puñetazo no debe eclipsar cuatro años de violencia y desprecio pepero contra los desahuiciados, los dependientes, los parados y los desfavorecido y minorias políticas en general, o sea todos menos su mayoría absoluta. 

Feliz y meditado voto.

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