sábado, 9 de agosto de 2014

Ingenuidad

Pensar que bombardear nuestro cuerpo con partículas radioactivas, o hacer circular por nuestras venas química altamente agresiva, es el mejor modo de combatir células o tumores cancerígenos muy localizados dentro de la extensión corporal es tan ingenuo como pretender que arrasando todo un país es la mejor manera de derrocar al tirano que lo gobierne. Aunque el objetivo final se logre, los llamados daños colaterales son inasumibles, a pesar de que en ambos casos sea un negocio para alguien, bien vendiendo armas o caros productos químicos.

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