sábado, 30 de mayo de 2015

La rebelión de los reaccionarios

Los resultados de las elecciones municipales y autonómicas del pasado 24 de mayo han escocido a los vencedores, a pesar de vanagloriarse de serlo. La principal causa de sus coléricas reacciones es que han perdido la mayoría absoluta con la gobernaban gran parte del país, y con la que siguen triturando desde su mayoría parlamentaria estatal los escasos indicios del Estado de Bienestar que aún no han erradicado y diluyendo los derechos y libertades recogidos en la sacralizada Constitución del 78, cuyos contenidos se respetan o incumplen a conveniencia. Esos atropellos a ciudadanos y legislaciones suelen ser resultados de mayorías aplastantes, pero esa no es la única condición necesaria para que sucedan, sino que hace falta que quienes la ejercen lo hagan desde la prepotencia y el menosprecio hacia cualquier opinión discrepante, y eso es precisamente lo que sistemáticamente han hecho las mayorías absolutas peperas en prácticamente cualquier tipo de asuntos, especialmente los relacionados con las corruptelas que les salpican por doquier.

Ahora que han perdido su autosuficiencia reclaman diálogo y pactos para acabar con una amenaza antidemocrática que sólo existe en sus entrañas reaccionarias, esas que les acompañan desde la edad media y que desde entonces se oponen a cualquier iniciativa que ponga en riesgo su control del poder. Sirva como paradigmático ejemplo Esperanza Aguirre, condesa consorte y grande de España, titulaciones aún vigentes pero que datan de los inicios del conglomerado de reinos que constituyó el actual territorio. Pero no es la única. Nuestra política está plagada de personajes de rancio abolengo o de privilegiadas sagas y estirpes cuyos iniciales méritos están más cerca de la voluntad divina que de la legitimidad democrática, de ahí su vinculación con las altas jerarquías iglesia católica y los privilegios que estos también mantienen. Los estatus de ambos se mantuvieron en el tiempo, más allá de absolutismos, reformas, restauraciones o dictaduras que ellos mismos ampararon y promovieron, amoldándose camaleónicamente a cada situación aprovechando la ignorancia del pueblo, pero llegó la hora de desenmascararlos.

Los reaccionarios se rebelan ante un posible cambio, y es que tienen mucho que esconder bajo las alfombras de un sistema adornado de democracia pero con las mismas corruptelas que hace cinco siglos, eso sí, adaptadas a los nuevos tiempos, de ahí que se destruya urgentemente tanta documentación de diferentes Instituciones.

Ya se han pegado la primera hostia. Confiemos en que les caiga un aluvión de ellas, pues en buena parte depende de nosotros, y en que devuelvan lo robado por el bien de la democracia y el pueblo.






2 comentarios:

  1. Cuando nadie te dice en qué manos está el dinero o los votos, cuando nadie te dice si eres partícipe del pastel o mero espectador, pero su mercadotecnia te vende que la nación es próspera y que estás nadando en la abundancia y que esto no se va a acabar... eso se llama estafa preferente... preferencia para ser el primero en ser empujado/estafado hacia el abismo... la gran fiesta de la democracia... a cracia do demo

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